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domingo, febrero 28, 2010

“¡Me la voy a jugar!”*


Tomado de La Jornada, Hernández.
Álvaro Delgado

Después de que el diputado Manuel Clouthier criticó en estas páginas al gobierno de Felipe Calderón por no actuar contra la “narcopolítica” de Sinaloa, que amenaza con reproducirse en todo el país, fue sometido a una serie de descalificaciones y condenas por parte de figuras panistas, del secretario de Gobernación y del propio presidente de la República. Ante ello, y con el apoyo de la comunidad empresarial de la entidad –que acaba de perder asesinado a otro de sus miembros–, el hijo de Maquío advierte que está dispuesto a jugársela del todo, sin reservas, para que el presidente se comprometa “a entrarle a Sinaloa”.

La noche del lunes 22, el diputado Manuel Clouthier asistió a una misa de cuerpo presente del empresario Ricardo Angulo Quesada –amigo por décadas de toda su familia–, quien un día antes fue asesinado de un balazo en la cabeza para ser despojado de su vehículo, en uno de los 175 homicidios dolosos que, hasta ese momento, se habían registrado en la entidad durante este año.
Ese asesinato, que ha cimbrado a Sinaloa y generado un movimiento social de repudio a la violencia que demanda la presencia de Felipe Calderón en el estado, también sacudió a Clouthier, quien afirma haber sentido vergüenza ante el hijo del empresario turístico.
“No tuve cara para darle el pésame a ese muchacho de 15 años. Le tuve que pedir disculpas, porque no estamos haciendo lo suficiente en Sinaloa”, lamenta.
Cuenta el legislador que precisamente el domingo 21 encontró a otro amigo que iba camino al hospital a ver a su hijo, internado porque la víspera fue brutalmente golpeado por desconocidos que lo despojaron de su teléfono para extorsionar a la familia. El hecho, dice, es que hay balaceras en todas partes, hasta en el mercado municipal, en una violencia que ya acumula casi 5 mil muertos en Sinaloa durante el presente sexenio.
“¡Por eso estoy dispuesto a jugármela ahorita, sin reservas, al chingue a su madre! ¡Me da pavor lo que viene! ¡Me la voy a jugar para arrancarle, a güevo, un compromiso al gobierno federal de entrarle a Sinaloa!”, exclama Clouthier en entrevista con el reportero la mañana del martes 23.
“El reclamo –continúa– lo seguiré haciendo mientras no existan acciones comprometidas de parte del gobierno federal para atender a Sinaloa en el combate al crimen organizado y a la narcopolítica. Quiero ser muy reiterativo: No basta la detención de narcotraficantes; la bronca es también la narcopolítica, y eso es algo en lo que tenemos que estar insistiendo.”
Luego de la embestida que, en contra del legislador, emprendieron el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, y la dirigencia del PAN, a raíz de la entrevista publicada el domingo 14 en Proceso 1737, donde Clouthier llamó a Felipe Calderón “cabrón irresponsable” por no combatir al cártel de Sinaloa y a la narcopolítica estatal, el diputado sinaloense comenta que esa reacción la había previsto.
“Me dije: Se van a cerrar y me van a satanizar y reprimir. Para eso estaba preparado. No sé qué más pueda venir, pero posiblemente vayan a venirse como en los viejos tiempos del viejo régimen: con todo contra el que levanta la voz”, expresa.
Y es que, para empezar, el miércoles 17 se había comunicado con él Abraham Cherem, jefe de la “Oficina del C. Secretario” Gómez Mont, para preguntarle adónde le enviaba una carta (la misma que se publicó en Proceso el 21 de febrero). “Y me dijo: ‘Espero que te guste. Bueno, no te va a gustar’, y soltó una risa irónica”.
En esa réplica (página 28 de la edición número 1738), el secretario de Gobernación dice que sugerir que en Sinaloa se promueve un modelo de vida política ligado a la corrupción y al crimen organizado es “falso (…) sumamente irresponsable y moralmente condenable”, para enseguida asegurar que el gobierno federal “ha enfocado sus esfuerzos de manera coordinada con las autoridades estatales para combatir al crimen organizado en la entidad”.
Ante esto, el hijo de Maquío insiste en que el gobierno de Sinaloa está coludido con el narcotráfico y, respecto a la coordinación que alega Gómez Mont, de autoridades federales y estatales, señala:
“Para mí es tanto como trabajar coordinadamente con los que están metidos con el narco. ¡Caray, estoy fregado! ¿Cómo estoy coordinado con el que está metido con el narco? Y eso lo dice la carta…”

Más condenas

Pero las cosas no pararon allí. El jueves 24, en una insólita conferencia de prensa, el presidente Felipe Calderón hizo una severa crítica a las declaraciones de Clouthier, sin mencionarlo por su nombre.
Afirmó Calderón que “es absolutamente falso” que su gobierno proteja a Joaquín El Chapo Guzmán, quien encabeza, junto con Ismael El Mayo Zambada, el cártel de Sinaloa.
Y, luego de nombrar a capos del cártel de Sinaloa que han sido detenidos, Calderón manifestó que “esas acusaciones son totalmente infundadas, falsas, fruto por lo menos, en el mejor de los casos, de un desconocimiento de las cosas, si no es que de otros intereses que otros deben aclarar”.
Uno de los reporteros presentes en la conferencia de prensa intervino entonces:
–En este sentido, presidente, yo le quería preguntar…
–También déjeme mencionar –interrumpió Calderón–, está Vicente Zambada; está Reynaldo Zambada, hermano de El Mayo; está su hijo también, y que ha sido atrapado, en fin, está El Teo, como he dicho; está Rogaciano Alba; está otro personaje que se llamaba El Tío, que trabajaba para Ignacio Coronel, que fue atrapado en los primeros días de mi administración. En fin, hemos actuado contra todos…
–Sobre ese mismo tema –insistió el reportero–, le quería preguntar si vale la pena focalizar el cambio de estrategia…
–Déjeme decir –atajó Calderón otra vez– que El Jabalí, El Jabalí, que acaba de ser… nada más para hablar del de la semana… era el operador de El Chapo en Sonora. Digo, la verdad es que hemos actuado contra todos…
Y una vez concluida la conferencia de prensa de Felipe Calderón –de la que fue excluido Daniel Lizárraga, reportero de Proceso–, la Secretaría de Gobernación emitió un comunicado donde, al igual que en la carta publicada el domingo 21, asegura que el gobierno federal combate a todas las organizaciones criminales “de manera proporcional a su tamaño”.
En su comunicado, la dependencia encabezada por Fernando Gómez Mont no mencionó los nombres de Clouthier ni de Proceso, sino que dijo estar proporcionando información “frente a versiones de diversos medios de comunicación que señalan que el gobierno federal mantiene una lucha desigual contra los cárteles del narcotráfico y las organizaciones del crimen organizado”.
Y, lo mismo que la réplica de Gómez Mont, afirma que se “ha detenido a casi 72 mil delincuentes por delitos contra la salud” del 1 de diciembre de 2006 al 4 de febrero de 2010, de los cuales 27% pertenecen a los cárteles del Golfo-Zetas; 24%, al del Pacífico; 17%, al de los Carrillo Fuentes; 14%, al de los Beltrán Leyva; 13%, al de los Arellano Félix, y 5% a otras organizaciones, incluyendo a La Familia y al cártel Valencia-Milenio.

Mentiras, mentiras…

Consultado nuevamente el viernes 26 sobre la andanada de descalificaciones y condenas emitidas por Felipe Calderón y la Secretaría de Gobernación, Manuel Clouthier dice deplorar que, en vez de un compromiso del gobierno federal, se emitan sólo mentiras.
“Me puede que el presidente salga con la idea de no querer hablarle a la ciudadanía con la verdad”, pues los sinaloenses sólo piden a Calderón “un compromiso serio para que combata al crimen organizado, y sobre todo a la narcopolítica en Sinaloa. Si no quiere comprometerse, insisto, tendrá que pagar sus costos.”
Prosigue: “Lo que yo siento, con tristeza, es la falta de compromiso del gobierno federal, que nos roba, en gran medida, la esperanza. Vamos a perder generaciones enteras porque alguien no quiere comprometerse a cumplir con su deber”.
Luego de haber aceptado las disculpas que el vicecoordinador del grupo parlamentario del PAN, Julio Castellanos, le ofreció por haberle exigido públicamente –en lo que constituyó el inicio de la ofensiva– retractarse de sus declaraciones o solicitar licencia como diputado, Clouthier lamenta ahora que Calderón haya sugerido que él actuó “con dolo”.
“A los seres humanos el discurso nos delata, y en ese sentido –puntualiza– la frase de ‘acusaciones dolosas’ no procede. Primero, yo no hice una acusación; fueron cuestionamientos. Entonces, ya desde ahí volvemos al tema. Lo que sigo haciendo es cuestionar: ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué no le quieren entrar a Sinaloa? Y si ellos ratifican que no se van a comprometer con Sinaloa, precisamente me vuelven a despertar el porqué.”
El hijo de quien fue candidato presidencial del PAN en 1988, Manuel J. Clouhtier del Rincón, sigue meditando si se afilia a ese partido.
Mientras tanto, reitera que Sinaloa está peor que Ciudad Juárez. “Yo no me voy a poner a discutir si Juárez tiene más criminalidad individual. Yo lo que estoy señalando es que el problema de Sinaloa es el crimen organizado, específicamente la narcopolítica, y eso le da connotaciones distintas y, por tanto, de alta gravedad, pues atenta contra la seguridad nacional”.
Así como se atiende a Ciudad Juárez, continúa, se debe hacer con Sinaloa, pero tomando en cuenta que “el problema de Sinaloa es mucho más grave, como ya lo decía: es la raíz, el origen del problema del país, y mi tesis es que no poden las ramas, sino que se combata la raíz, con el criterio de que si se combate la raíz, todo el árbol se secará”.
–Calderón, por lo que dijo, no quiere.
–Yo no quiero contestar eso con ese señalamiento, porque sería tanto como cerrar ya el capítulo para efectivamente aceptar que no le va a entrar. Lo único que puedo garantizar es que voy a seguir fastidiando hasta que le arranquemos un compromiso al gobierno federal para que le entre a Sinaloa. ¡Eso lo prometo!

“¡Hasta la madre!”

Justamente el día de la entrevista de Clouthier con el reportero, el martes 23, en los diarios de Culiacán se publicó un desplegado que, dirigido a la opinión pública y firmado por los organismos empresariales de Sinaloa para respaldar a Clouthier, se titula: No está solo.
“Son pocas las voces legislativas que se alzan para hacer señalamientos a favor de sus representados, aun y cuando dichos señalamientos afecten intereses de su bancada política. Estas voces no deben reprimirse, se estaría atentando contra la democracia y la libertad de expresión”, enfatiza el desplegado, y agrega:
“(…) Es imposible en Sinaloa seguir tapando el sol con un dedo, por lo que es urgente establecer compromisos y acciones con el apoyo decidido del gobierno federal que nos garantice a los ciudadanos un clima de paz y tranquilidad que el Estado tiene la obligación de brindarnos.”
Y tras señalar que es preciso impedir que “Sinaloa se convierta en un Ciudad Juárez o algo peor”, los organismos empresariales lamentan que en su estado la violencia derivada del narcotráfico vaya en aumento, con niveles de sadismo sin precedentes, y preguntan: “¿Qué más tiene que sucedernos para que como sociedad organizada hagamos algo?”.
En su desplegado, los empresarios sinaloenses subrayan su respaldo al diputado Clouthier y hacen un llamado a la participación social:
“No podemos, no debemos estar en el terreno de la indolencia. No podemos dejar en la soledad a quien se atreve a decir la verdad. Atrevámonos también.”
Tres días después del asesinato del empresario turístico Ricardo Angulo Quesada, miembros de la Canaco local hicieron un enérgico reclamo a Fortino Bórquez, subsecretario de Seguridad Pública estatal, y a Rodolfo Bon López, subprocurador de Justicia, durante un encuentro.
El presidente de la Canaco, José Luis Aispuro, le manifestó a Bórquez el miércoles 24:
“(Queremos) decirte que estamos hasta la… hartos, por decir lo menos. Y no quiero usar palabras altisonantes, porque si no, me van a agarrar como a Manuel Clouthier, que está prohibido decir palabras altisonantes cuando ya estás hasta la madre.”
En el encuentro hubo diversas voces que propusieron hacer una cita con Calderón para emplazarlo a visitar la entidad, en tanto que la madre del empresario asesinado reclamó a las autoridades presentes: “¿Por qué si a ustedes se les paga para que den seguridad, no la dan?”.
Al respecto, Manuel Clouthier indica que los ciudadanos agraviados por la violencia no pueden ser ignorados ni se les pueden atribuir otras intenciones, como dijo Calderón:
“No puede ser que estos señores estén haciendo un señalamiento doloso, o una acusación, o que su problema sea de ignorancia. Yo vuelvo al tema: Es urgente que nuestros gobiernos escuchen a la sociedad y, especialmente, que le hablen con la verdad.”
–¿Miente entonces Calderón?
–La gente quiere que le hablen con la verdad. Mira, Abraham Lincoln decía: “Podrás engañar a la mayoría de la gente la mayoría de las veces, pero no podrás engañar a toda la gente todas las veces”. Y en esa lógica, urge… El mexicano está hasta el gorro de que no le hablen con la verdad.
–¿Cree que molestó a Calderón decirle “cabrón irresponsable”?
–Así me expreso, y no es con ánimo de insultar, sino con ánimo descriptivo…


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Calderón subordina al PAN*


Álvaro Delgado

Lo que distingue al PAN es su autoritarismo, que se inició cuando Germán Martínez lo presidió, asegura Manuel Espino en entrevista con Proceso. Hoy, dice, incluso “le tenemos miedo al debate”, pues todas las decisiones se toman en Los Pinos; hoy, insiste Espino, el partido está plenamente subordinado a Calderón, quien el año pasado pidió que lo expulsaran de sus filas por sus críticas. Y cuestiona: ¿cuál autonomía? Lo que hay es autoritarismo, simulación, componendas con los demás partidos.

El embate oficial contra el diputado Manuel Clouthier, por acusar al gobierno de Felipe Calderón de no combatir al cártel de Sinaloa, sólo se explica por el autoritarismo que se ha instalado en el Partido Acción Nacional (PAN) que busca someter cualquier disidencia, mientras se consolida la alianza con personajes como Elba Esther Gordillo, acusa Manuel Espino.
“Al que disiente lo pretenden callar con un acto de autoridad”, acusa el expresidente del PAN y afirma que esa conducta antidemocrática comenzó cuando Germán Martínez asumió la presidencia de ese partido, en diciembre de 2008, y continúa con César Nava.
“Con Germán Martínez se inició la era de la intolerancia en el PAN”, asegura Espino, quien identifica a Calderón como el artífice de esa conducta, cuyo ejemplo más reciente es la censura que hizo, el jueves 24, en Los Pinos, a Manuel Clouthier Carrillo, quien –dice– “no es el único que supone que hay complicidad de altos funcionarios del gobierno federal con el crimen organizado”.
Inclusive Espino revela que fue Calderón quien, el año pasado, en una “clara expresión de intolerancia”, ordenó que lo expulsaran del PAN debido a sus críticas por las designaciones de candidatos a diputados que se hicieron por decisión presidencial.
En una reunión en Los Pinos con el Sistema PAN –que agrupa a la cúpula de ese partido y a funcionarios gubernamentales federales y estatales–, Calderón planteó: “Vamos expulsando a Espino”.
–¿Lo propuso directamente Calderón?
–Por supuesto que fue él, y hubo quien dijo, un gobernador, que me iban a hacer víctima, que mejor se hiciera después de las elecciones. Nomás que luego de las elecciones tan desastrosas por las derrotas, ¿con qué cara iban a emprender una acción de esas? Sé que me tienen en la mira y que soy candidato a expulsión por exigir congruencia.
En entrevista con Proceso, el presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) enumera varios episodios sobre la abierta intervención de Calderón en el PAN, sobre todo para cumplir los acuerdos que tiene con Elba Esther Gordillo, quien lo apoyó desde la campaña interna por la candidatura presidencial, en 2005, y con otros grupos.
El propio Miguel Ángel Yunes, candidato del PAN al gobierno de Veracruz, le dijo a Espino que Calderón había hecho un pacto con Gordillo desde la precampaña.
“Reconoció que él apoyó a Calderón desde antes de 2006, cuando ni siquiera era candidato, sino que lo apoyó para ser candidato. Fue después de una negociación que hubo entre Elba Esther y Calderón”.
–¿Elba Esther, siendo priista aún, intervino en la vida interna del PAN?
–Por supuesto. A confesión de parte. Me lo dijo Yunes el jueves 18 en la sede del Comité Nacional. Entonces, me parece que se están haciendo acuerdos para privilegiar a grupos de poder ajenos al partido.
–¿Es ya un partido plenamente subordinado a Calderón?
–Aunque ahora tratan de disimularlo. Se habla de la autonomía del partido. ¡Por favor! No ha habido un solo candidato a gobernador que se haya designado en el Comité Nacional que antes no haya sido recibido por el presidente en Los Pinos y éste le haya dado el visto bueno.
Y pone como ejemplo al candidato de la alianza del PAN con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Durango, el expriista José Rosas Aispuru, quien lo hizo a instancias del secretario de Turismo, Rodolfo Elizondo.
Pero además, acusa, todos los candidatos que se han designado hasta ahora no tienen ningún compromiso con el PAN: “Gabino Cué, en Oaxaca, obedece al grupo de Andrés Manuel López Obrador; Rosas Aispuru al exgobernador Maximiliano Silerio Esparza; Rafael Moreno Valle, de Puebla, obedece a la maestra, y Yunes también”.
Y en esa lógica entra la candidatura del senador priista Mario López Valdez para Sinaloa, identificado con el exgobernador Juan S. Millán: “Cuando le pregunto a César Nava sobre sus méritos, me dice: ‘Es un hombre limpio’”.

Calderón salvó a Ulises

Luego de que en el CEN presidido por Nava le impidió, en la sesión del jueves 18, preguntar por qué se apoyaba a Yunes, cuando en 2006 Calderón lo vetó como candidato a senador –como secretario de Gobierno de Patricio Chirinos, Yunes “se distinguió por su desempeño corrupto, así como por golpear, perseguir y difamar panistas”–, Espino se deslinda también de otros expriistas postulados por el PAN en 2006.
“Me quisieron achacar a Benjamín González Roaro, a Moreno Valle y a Diódoro Carrasco, pero esos fueron acuerdos de Calderón en 2006, cuando vetó a Yunes. Pero me echaron la culpa a mí y la maestra me reclamó. Le dije: ‘Maestra, a mí no me tiene que reclamar’. ‘Es que el candidato nos ofreció 15 plurinominales’, me dijo, y le respondí: ‘Pídaselas a él, él no decide, ni siquiera decido yo, decide el CEN’.”
Espino se ufana: “Fue la última dirigencia del PAN en la que el Comité Nacional decidía con libertad. Así lo afirmo. Nunca hubo actitudes prepotentes y autoritarias recurrentes el día de hoy”.
Se le recuerda a Espino que al ser electo presidente del PAN, en marzo de 2005, Germán Martínez y Juan Ignacio Zavala, cuñado de Calderón, lo acusaron de intolerante y en ese marco se produjo la renuncia de Tatiana Clouthier, hija de Maquío y hermana de Manuel Clouthier, quien ahora es reprimido por la cúpula del PAN.
“Pero con ellos no hubo una expresión autoritaria. ¿De qué nos acusaba Martínez? De meones de agua bendita y nos acusaba él y Zavala que habíamos ganado la dirigencia de manera fraudulenta, que habíamos manipulado el proceso de elección del Consejo Nacional para luego ganar la presidencia del partido. Y sigo esperando que acrediten su dicho. ¿Cuál irregularidad, cuál fraude?”
Recuerda que Luis H. Álvarez habló de manipulación del proceso y lo retó a que si demostraba una sola acción irregular él (Espino) renunciaba a la presidencia del PAN. “Sigo esperando que me demuestre algo don Luis. Lo usaron”.
Y argumenta: “Defendí la institución y la presidencia que gané de manera legítima, pero no los corrí, no los sancioné, no los regañé, nos los llamé para jalarles las orejas, ni les iniciamos un proceso de sanción. Respetamos su derecho a disentir respecto a la nueva dirigencia, pero una actitud autoritaria, jamás”.
Otra acusación que se le hace a Espino, y que asegura que es falsa, es que él detuvo el proceso de juicio político contra Ulises Ruiz en 2006, tal como insistió, en la sesión del Consejo Nacional, el domingo 14, el presidente estatal del PAN, Carlos Alberto Moreno, al decir que esas eran las “joterías” de Espino.
“En 2006 hubo acuerdos de Calderón con diversos grupos. ¿Con qué propósitos? No lo sé. El que hizo con Televisa es uno. En el caso de Ulises Ruiz, yo fui el que empujó que iniciáramos un juicio político, pero no estaba bien llevado en el Senado.”
Recuerda que se interpretó la Constitución como que el Senado podía destituir a un poder y no. Ese órgano legislativo podía declarar que un poder había desaparecido de un estado, pero no desaparecerlo.
“Ahí teníamos una complicación legal y estábamos tratando de resolverla, cuando vino conmigo el secretario de Gobernación, Carlos Abascal, y me dice: Manuel, el equipo de transición, o sea el equipo de Felipe Calderón, pide que ya no le movamos a lo de Ulises.
“¿Por qué? Porque se acercaba la toma de protesta y si ya teníamos al PRD en contra, ahora no podíamos tener al PRI en contra. ¿Qué fue lo que yo dije? No puede el Senado desconocer o quitar a un poder de un estado. Podemos no estar de acuerdo con el Poder Ejecutivo de Oaxaca, pero ahí está. Eso fue todo. Yo no defendí a Ulises. Con eso solamente gané un espacio de tiempo que estaba pidiendo el equipo de Calderón.”
–¿La responsabilidad política es sólo de Calderón? Por supuesto. A mí no me vengan con que yo defendía a Ulises. Fueron ellos los que pidieron dejarlo tranquilo para que el PRI no se enojara y pudiera cooperar para que Felipe Calderón pudiera tomar posesión como presidente.

Hacia el precipicio

Manuel Espino lamenta que las expresiones de autoritarismo e intolerancia en el PAN hayan generado temor entre dirigentes y la militancia, por lo que las decisiones se toman sin discusión y por “mayoriteo” en los órganos deliberativos, como en el caso de Yunes, cuando ni siquiera le permitieron formular una pregunta.
“Apenas mencioné que me preocupaba que pudiese ser candidato Yunes y quería argumentar por qué, hubo una reacción intolerante de Mariana Gómez del Campo y de Moisés Alcalde Virgen de que no hubiera debate. ¡Y ya me había autorizado el uso de la palabra, Nava! Pero nada, se mayoriteó. Esa es una expresión autoritaria que solía ser inusual en el PAN. Hoy le tenemos miedo al debate.”
Inclusive miembros del CEN que no están de acuerdo con decisiones como la designación de Yunes –de la que él se deslinda, “porque la decisión fue tomada en Los Pinos”–, las acatan.
–¿Esa es la herencia de Calderón?
–Todavía le falta para terminar la gestión de gobierno, pero sin duda ya está construyendo un legado del que no nos vamos a sentir orgullosos muchos panistas, hablando sólo del partido. Él tuvo la oportunidad extraordinaria de acreditar su panismo, su tradición democrática, la formación que recibió en su casa y en su partido y no lo está haciendo.
“Lo peor es que hay mucha simulación. Ya está entrando a un discurso mediante el cual se pretende convencer que el partido toma sus propias decisiones, sin influencia del gobierno. A estas alturas del partido hasta se ve mal el presidente diciendo esas cosas. ¿Quién se lo cree?”

*Tomados de la revista Proceso.