Traidores a México insisten en venta de Pemex
Tomados de La Jornada, El Fisgón, Helguera y Rocha y El Universal, Helioflores.
La venta de Pemex al capital privado –mayoritariamente extranjero- por parte del PRIAN sigue su curso, pese a las declaraciones de los capos priístas Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa en el sentido de que se opondrán a la privatización de la paraestatal.
Las bancadas de ambos partidos se reunirán en los próximos días para afinar la estrategia para la venta de Pemex junto a los medios electrónicos, para por una lado evitar toda información del movimiento popular opuesto a la privatización del petróleo, y por el otro continuar con la campaña de mentiras para inducir a la opinión pública a que la venta de la paraestatal es la única salida para México.
La discusión del aún no presentado proyecto de reforma energética es lo de menos. Su estrategia será justo esa, no discutir nada. Sólo incrementar las campañas publicitarias y que las mentiras dichas reiteradamente se impongan en los espacios desinformativos.
Tan es así, que las filtraciones continúan de tal forma que aún antes de que la reforma de marras se presente, la misma sea “digerida” por los medios de comunicación electrónicos, afines al proyecto de vender la patria.
Aprovechando la indefinición de ganador de las elecciones internas del PRD y el circo que los medios electrónicos han hecho del suceso, el oficialista auditor superior de la federación Luis González de Aragón informó el resultado de las auditorías practicadas a los seis años de desgobierno y saqueo del ladrón Vicente Fox Quesada, que arrojan “inconsistencias” –es palabras llanas gastos no comprobados- por casi 800 mil millones de pesos. El mismo monto del excedente por los altos precios registrados por el hidrocarburo.
En pocas palabras se gastaron los excedentes petroleros sin que hasta la fecha se sepa en qué y dónde quedó el dinero que pudo servir para la creación de infraestructura como refinerías y ductos. En casi dos años que se duplicó el precio estimado del barril de crudo mexicano durante el desgobierno del usurpador Felipe Calderón Hinojosa, tampoco se ha dado información al respecto, pero en cambio se ha filtrado que el mentado proyecto de reforma energética contempla la construcción de refinarías en México para que empresas extranjeras procesen el petróleo mexicano y después se lo vendan a Pemex. Es decir el negocio gordo, en lugar de que el dinero de los excedentes petroleros se inviertan en infraestructura, este es robado por el pelele Calderón Hinojosa y su camarilla y después se vende Pemex, para seguir engordando sus fortunas a costa del bienestar de los mexicanos.
Por eso aseguramos que la estrategia es no presentar la mentada reforma hasta el cuatro para las doce, tampoco discutirla y aprobarla rápido para que nadie se pueda enterar de la forma en que este grupo de mafiosos políticos vende e hipoteca el futuro de México y de los mexicanos. ¡Y todavía se sienten agraviados porque se les llama por su nombre: traidores!
Los siguientes materiales fueron tomados de la revista Proceso.
Las bancadas de ambos partidos se reunirán en los próximos días para afinar la estrategia para la venta de Pemex junto a los medios electrónicos, para por una lado evitar toda información del movimiento popular opuesto a la privatización del petróleo, y por el otro continuar con la campaña de mentiras para inducir a la opinión pública a que la venta de la paraestatal es la única salida para México.
La discusión del aún no presentado proyecto de reforma energética es lo de menos. Su estrategia será justo esa, no discutir nada. Sólo incrementar las campañas publicitarias y que las mentiras dichas reiteradamente se impongan en los espacios desinformativos.
Tan es así, que las filtraciones continúan de tal forma que aún antes de que la reforma de marras se presente, la misma sea “digerida” por los medios de comunicación electrónicos, afines al proyecto de vender la patria.
Aprovechando la indefinición de ganador de las elecciones internas del PRD y el circo que los medios electrónicos han hecho del suceso, el oficialista auditor superior de la federación Luis González de Aragón informó el resultado de las auditorías practicadas a los seis años de desgobierno y saqueo del ladrón Vicente Fox Quesada, que arrojan “inconsistencias” –es palabras llanas gastos no comprobados- por casi 800 mil millones de pesos. El mismo monto del excedente por los altos precios registrados por el hidrocarburo.
En pocas palabras se gastaron los excedentes petroleros sin que hasta la fecha se sepa en qué y dónde quedó el dinero que pudo servir para la creación de infraestructura como refinerías y ductos. En casi dos años que se duplicó el precio estimado del barril de crudo mexicano durante el desgobierno del usurpador Felipe Calderón Hinojosa, tampoco se ha dado información al respecto, pero en cambio se ha filtrado que el mentado proyecto de reforma energética contempla la construcción de refinarías en México para que empresas extranjeras procesen el petróleo mexicano y después se lo vendan a Pemex. Es decir el negocio gordo, en lugar de que el dinero de los excedentes petroleros se inviertan en infraestructura, este es robado por el pelele Calderón Hinojosa y su camarilla y después se vende Pemex, para seguir engordando sus fortunas a costa del bienestar de los mexicanos.
Por eso aseguramos que la estrategia es no presentar la mentada reforma hasta el cuatro para las doce, tampoco discutirla y aprobarla rápido para que nadie se pueda enterar de la forma en que este grupo de mafiosos políticos vende e hipoteca el futuro de México y de los mexicanos. ¡Y todavía se sienten agraviados porque se les llama por su nombre: traidores!
Los siguientes materiales fueron tomados de la revista Proceso.
Tercera cadena... para Televisa
Jenaro Villamil
La anunciada alianza del emporio de Emilio Azcárraga Jean con la cadena estadunidense Telemundo fortalece la posición dominante de Televisa en el mercado mexicano y le abre una opción para competir, en el país vecino, con sus exsocios de Univisión.
Al mismo tiempo, hace inviable ya la alianza de
Telemundo con Isaac Saba para obtener la concesión de una tercera cadena nacional que dispute el merca-do a TV Azteca y Televisa.
Con el abierto beneplácito de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, el silencio de la Comisión Federal de Telecomunicaciones y de los legisladores que discuten una nueva ley de medios electrónicos, Televisa anunció un acuerdo con Telemundo, la segunda compañía televisiva de habla hispana en Estados Unidos, para transmitir desde el primer día de abril próximo 19 horas semanales de programación a través del Canal 9, XEQ, el frustrado “canal cultural” del consorcio que ahora aspira a convertir en su tercera cadena nacional.
En los hechos, el anuncio fortalece la posición casi monopólica de la empresa, que concentra 60% de las concesiones de televisión, 71% de la publicidad televisiva y 80% de los contenidos audiovisuales, al tiempo que clausura la búsqueda de una concesión televisiva propia para Telemundo y su socio mexicano Isaac Saba, empresario que sufrió un feroz linchamiento mediático en las pantallas de Televisa y, en especial, de TV Azteca, en diciembre de 2006, por haberse asociado en la búsqueda de una “tercera cadena”.
La sociedad le permitirá a la compañía de Azcárraga Jean obtener recursos para relanzar el Canal 9, señal que ahora depende de Galavisión y de programación antigua, al tiempo que constituye un desafío para Univisión, el exsocio estadunidense de Televisa, rival de Telemundo. Desde 2006 Univisión y Televisa mantienen un complicado litigio por la vigencia de un contrato de exclusividad hasta 2017. En abril, una Corte de circuito de Los Ángeles deberá definir la vigencia o no de los convenios firmados por ambas televisoras.
El comunicado difundido el 17 de marzo por Alfonso de Angoitia, vicepresidente de Finanzas de Televisa, y por Jeff Zucker, presidente del conglomerado mediático NBC-Universal, controladora de Telemundo, destaca que Televisa gozará de una “licencia de programación exclusiva” para distribuir los contenidos de Telemundo en “televisión abierta, de paga y plataformas digitales emergentes”.
“Este acuerdo permitirá al Canal 9 de Televisa expandir su audiencia en México, redefiniendo su oferta de contenido al incluir la programación original y de alta calidad de Telemundo” para alcanzar “mayores ventas y rentabilidad en el largo plazo”, dijo De Angoitia.
También se anunció la creación de un nuevo canal de televisión de paga que lanzará Telemundo y se trasmitirá en los sistemas de Sky y de Cablevisión, ambos propiedad de Televisa y a través de los cuales la compañía de Azcárraga Jean controla 96% y 45%, respectivamente, de la televisión satelital y por cable del país.
“Es un buen negocio para Telemundo. Así consiguen la distribución”, declaró el analista financiero Bishop Cheen al periódico El Nuevo Herald. A su vez, Gerardo Copca, analista de la consultoría financiera MetAnálisis, declaró a la agencia Reuters que “entrar a México ha sido muy difícil para Telemundo y para cualquier otra televisora. Creo que el camino que les quedaba era asociarse con Televisa.”
Los detalles financieros de la sociedad y los alcances legales del convenio se desconocen hasta el momento. A pesar de eso, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes se apresuró a emitir un boletín el mismo día en que se dio a conocer la sociedad. La SCT considera que “el acuerdo es positivo y consistente con la política que ha venido impulsando la presente administración a favor de la diversificación y pluralidad de contenidos en beneficio de los televidentes”.
La dependencia, dirigida por Luis Téllez, exintegrante del Consejo de Administración de Cablevisión, afirmó que gracias al acuerdo “las familias mexicanas podrán contar con una gama más extensa de programación al incluirse más de mil horas al año de nuevos contenidos que se distribuirán a través de un canal de televisión abierta, con una cobertura de más de 70% de la población televidente”.
Clausura a la competencia
El sorpresivo anuncio de ambas compañías rompió con la promesa del gobierno de Felipe Calderón de licitar una tercera cadena de televisión abierta que compita con el control que Televisa y TV Azteca ejercen sobre el espectro.
Un estudio elaborado por la propia Secretaría de Comunicaciones y Transportes calculó en diciembre de 2006 que existen “entre 175 y 200 frecuencias disponibles” para licitar en televisión abierta. El 80% se encuentran en la banda conocida UHF (la que va de los canales 14 al 69 y utilizan de 300 a 3 mil megahertz) y 20% en la banda VHF (de los canales 1 al 13 y que utilizan de 30 a 300 megahertz).
Una de esas frecuencias está localizada en la Ciudad de México, la plaza de mayor interés comercial y tecnológico, desde la cual se podría conformar una tercera cadena de estaciones televisivas (Proceso 1576).
A pesar de estos datos, el titular de la SCT, Luis Téllez, ha negado una y otra vez la posibilidad de licitar una tercera cadena televisiva. El 15 de diciembre de 2006, en medio de la campaña de Televisa y TV Azteca contra Saba y Telemundo, Téllez afirmó que no había recibido “ninguna solicitud por parte de Telemundo para participar en televisión abierta”.
En conferencia de prensa, el funcionario evadió mencionar cuándo se abriría la licitación en televisión abierta. Ante sus colaboradores más cercanos, el titular de la SCT reconoció que “por ahora” se suspendían los planes para abrir una mayor competencia en medios electrónicos.
La posición de la SCT ha sido contraria a la de la Comisión Federal de Competencia, organismo presidido por Eduardo Pérez Motta, que desde el 28 de noviembre de 2006 le recomendó al gobierno federal “adjudicar a la brevedad posible el espectro radioeléctrico disponible para el desarrollo de nuevos canales de televisión abierta”.
La CFC recomendó también “homologar regulaciones aplicables a la asignación del espectro radioeléctrico para los servicios de telecomunicaciones y radiodifusión” y, sobre todo, “asignar el espectro radioeléctrico que se recupera de manera expedita” en las bandas VHF (de los canales 1 al 13) y UHF (del 14 al 69).
El propio organismo antimonopolios acreditó en su opinión que la concentración en materia televisiva es de las más elevadas. Televisa controla 258 de las 455 estaciones de televisión concesionadas, 68.5% de las audiencias (TV Azteca tiene 28.3%); acapara 71% de la publicidad total en televisión y 41.3% de toda la inversión publicitaria en medios electrónicos e impresos. Tiene 95% del control de la televisión satelital, a través de Sky, y puede llegar a tener 60% del control de la televisión por cable, a través de la fusión de Cablevisión con empresas regionales.
La sociedad Telemundo-Saba fue la única que abiertamente solicitó su ingreso al mercado televisivo mexicano desde finales de 2006. General Electric, el consorcio que posee 80% de la compañía NBC-Universal-Telemundo, anunció que le prestaría 5 millones de dólares a Televisora del Valle de México, concesionaria de Canal 40, para enfrentar las deudas financieras de Javier Moreno Valle, a cambio de una sociedad con esta estación. TV Azteca presionó para evitar esta sociedad y la SCT impidió la incursión de Telemundo en Canal 40.
El 11 de mayo de 2006 se formalizó la sociedad entre Telemundo e Isaac Saba al dar a conocer el grupo Palmas 26, con un tope de 49% de inversión extranjera. En septiembre del mismo año, Palmas 26 presentó ante la Cofetel su solicitud para participar en la licitación de una nueva cadena.
En enero de 2007, el presidente y CEO (director ejecutivo) de General Electric, Jeff Immelt, realizó un intenso cabildeo en la Ciudad de México. Se reunió con el presidente Felipe Calderón, con Luis Téllez y con la titular de Energía, Georgina Kessel. El ejecutivo de la poderosa multinacional afirmó que participarían en el mercado televisivo mexicano. “Si es con esta administración, bien; si no, con la próxima o con la siguiente, pero queremos entrar al mercado de la televisión mexicana a largo plazo”, afirmó (Proceso 1576).
Desde finales de 2007 el acercamiento entre Televisa y Telemundo auguraba la actual sociedad. El 24 de octubre, Telemundo anunció que difundiría la novela Amor mío, coproducida con Televisa, en el primer intento de esta compañía por romper el acuerdo firmado hasta 2017 con Univisión.
Frente al dominio de Televisa y TV Azteca, son pocos los empresarios dispuestos a buscar una licitación en la televisión abierta mexicana. El poderoso monopolio de las telecomunicaciones, Telmex, rivalizará con Televisa en el mercado de triple play (audio, video e internet), sobre todo en el terreno de la televisión por cable, pero no posee una concesión propia de televisión abierta.
El otro posible competidor es el primo de Emilio Azcárraga y exsocio de Televisa, Alejandro Burillo Azcárraga, dueño del grupo Pegaso y de la empresa Caribevisión, inaugurada el 10 de septiembre de 2007 en Miami.
Burillo se asoció con el cubano Carlos Barba, fundador de Telemundo y expresidente de Univisión, así como con el fondo de inversiones Quantek, para formar Caribevisión con un capital de 60 millones de dólares. Burillo tiene 83% de las acciones.
El primo de Azcárraga no ha formalizado su solicitud para ingresar a la competencia mexicana por la tercera cadena. La directora de Programación de Caribevisión, Lilian Tartaglia, adelantó a la revista Expansión que está en tratos con TV Azteca, Antena 3 y Telefé para distribuir contenidos en Estados Unidos, y “está la posibilidad de tener un canal”.
Desafío a Univisión
La expansión más importante para Televisa está en Estados Unidos, en donde la televisión hispana capta 4 mil 320 millones de dólares anuales de publicidad y se espera que en 2010 la audiencia llegue a 48 millones de personas y a 5 mil millones de dólares anuales de publicidad.
Este mercado es ampliamente controlado por Univisión, la empresa creada por Emilio Azcárraga Milmo, El Tigre, y su socio estadunidense Joe Perencchio. Por el candado legal que impide a un extranjero tener más de 25% de las acciones de una concesión de canal televisivo, los Azcárraga no han podido tener el control de Univisión.
El último intento de Azcárraga Jean fue en 2006, cuando compitió por la compra de Univisión con el magnate Haim Saban. Televisa perdió ante la oferta de 12 mil millones de dólares presentada por Saban y cinco fondos de inversión.
Desde ese momento, la tensión entre Televisa y Univisión se ha agudizado. Desde mayo de 2005, Televisa demandó a su socio por el pago de regalías de transmisión de programas y el uso de “artistas exclusivos” del consorcio mexicano a través de internet. Un año después, al perder la oferta por el control accionario, Televisa demandó a Univisión acusándola de haber roto el acuerdo que obligaba a suministrar la programación exclusiva hasta 2017, y anunció que venderá 11% de las acciones que mantiene en la compañía televisiva.
Televisa se ha quejado de que el único beneficiario de la exclusividad es Univisión, porque tiene acceso a las telenovelas, partidos de futbol y programas cómicos, producidos en México por las señales de Azcárraga Jean, y que le permiten tener más de 60% de la audiencia. A cambio, argumenta Televisa, sus ganancias por la sociedad con Univisión fueron de sólo 138 millones de dólares el año pasado.
Ante la inminencia de una ruptura definitiva con Univisión, Televisa ha buscado un segundo socio para transmitir sus programas en Estados Unidos. El desafío es frontal para aquella cadena, que podría contrademandar, según especialistas del mercado televisivo estadunidense.
Con esta sociedad, Telemundo pretende incrementar su desempeño en rating y publicidad frente a Univisión. En 2007 rebasó el tope de 27% de audiencia. Algunos analistas especulan ya sobre la posibilidad de que Univisión vaya por la revancha en el propio feudo de Televisa: el mercado televisivo mexicano.
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PRD: La tragedia de Sísifo
Álvaro delgado
México, D.F., 27 de marzo (apro).- El Partido de la Revolución Democrática (PRD), en sus casi dos décadas de existencia, está marcado por el mito de Sísifo: condenado a llevar en sus espaldas una gran roca hasta la cima de una montaña, ésta cae al vacío cuando casi llega a la cumbre y debe repetir esta acción una y otra vez, hasta el infinito.
Es nítida la metáfora de la tragedia: El eterno retorno de lo mismo.
Lo ocurrido antes, durante y después de las elecciones del 16 de marzo en el PRD es, también, el permanente retorno de la misma conducta de degradación de las cúpulas de un partido político que poco o nada han hecho y menos aún pueden ofrecer en el futuro para impulsar la auténtica democratización del país, sobre todo para darle viabilidad a la necesaria y urgente lucha por la justicia para más de la mitad de los mexicanos instalados en la infamia de la pobreza.
La extrema irresponsabilidad de quienes dirigen y aspiran a dirigir las siglas de ese partido a nivel nacional y en todos los estados --es preciso recordar que se efectuaron elecciones concurrentes en todos las entidades, además para integrar delegados al Congreso Nacional y consejeros nacionales: ¡83 mil candidatos!-- han ofendido a quienes legítimamente, con auténtica convicción, acudieron a emitir su voto y a quienes actuaron cabalmente como funcionarios electorales.
Pero la irresponsabilidad de los dirigentes perredistas ofende, también, a los ciudadanos apartidistas que, aun con todas las dudas que tiene en el PRD, lo veían como contrapeso a las acciones coordinadas de panistas y priistas, en una coyuntura como la actual, cuando está en marcha la apertura de la inversión privada en el mejor negocio que tiene la nación: El petróleo.
Después del espectáculo protagonizado por las facciones en disputa, en un torneo de expresiones belicosas, los votos legítimos parecieran tener el mismo valor que los espurios y, en su conjunto, la elección fue un “lodazal”, según el dictamen de Cuauhtémoc Cárdenas, el fundador del PRD quien, al mismo tiempo que era empleado de Vicente Fox, hacía campaña por Felipe Calderón, militantes ambos del partido que nació para combatir a su padre.
En realidad, salvo personajes, la elección del PRD fue igual a las que se han efectuado desde que este partido se fundó, en 1989, con una variedad de orígenes que, en sí mismo, pudo haber sido una virtud, pero se envileció por una escasa y aun inexistente visión de Estado, a la que se antepusieron --como hasta ahora-- la lógica de facción y el desprecio a la ética y a la normatividad interna.
Protagonista central en la disputa por el control del PRD, a la que sólo le ha faltado conquistar la presidencia formal, Jesús Ortega ha tenido sucesivas incursiones marcadas, siempre, por acusaciones de prácticas de defraudación y alianzas sospechosas fuera del perredismo.
En 1996, ya como líder de Nueva Izquierda, Ortega se lanzó por la presidencia del PRD y perdió ante Andrés Manuel López Obrador, con quien pactó la Secretaría General. También buscó el máximo cargo en la elección de 1999, cuando jugó frente a Amalia García y se anuló la elección por sucia, y después, en el 2002, cuando contendió contra Rosario Robles.
Tras esas elecciones, y luego de feroces cruces de acusaciones, el discurso fue el mismo: Olvidar las irregularidades conforme al reparto de posiciones entre las corrientes internas, las mismas que supuestamente desaparecerían cuando estalló, en 2004, el escándalo del financiamiento del empresario argentino Carlos Ahumada a perredistas como René Bejarano y Lázaro Cárdenas Batel, con el contubernio de Robles, transformada ahora en pontífice de la moralidad de la izquierda.
Ahora los discursos de Ortega y Alejandro Encinas --y de sus respectivas facciones-- son los mismos tras la reproducción de conductas y prácticas deleznables que, en efecto, han sido expuestas en la radio y la televisión con un insólito despliegue, algo que a nadie debe extrañar en el contexto nacional.
Esta elección del PRD ha servido, también, para soslayar un problema que no termina de asumirse en México en toda su dimensión: Las enclenques prácticas democráticas en todos los partidos políticos, aun en los que quieren asumirse como distintos a los tres hegemónicos, y en general en la sociedad mexicana.
En el semanario Proceso se han descrito, a detalle, las acciones de defraudación electoral en el PRI, sobre todo cuando hicieron un intento de darle a las bases la posibilidad de elegir a su candidato presidencial, en 1999 --cuya elección fue un “cochinero”, según la expresión de priistas--, y los panistas han tenido comportamientos análogos, como en el 2005, también en su primera elección abierta, cuando mediante mapacherías se impuso Calderón.
En ambos partidos, pese a las pruebas, las prácticas de defraudación electoral han quedado impunes y esto, como en el PRD, sólo ha estimulado la comisión, ya sistemática, de acciones deleznables.
Vaya, hasta las formaciones noveles se presentan conductas que riñen con la democracia: El Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina celebró comicios internos el mismo día que el PRD y en ellos tomaron parte golpeadores, y el Partido Solidaridad, que nació del Movimiento de Participación Solidaria –que falsamente se le hizo llamar “partido humanista”--, recurrió a la compra de conciencias para reunir la membresía requerida en las asambleas que están en trámite de verificación en el Instituto Federal Electoral.
Lo grave de lo que acontece en el PRD es, entonces, no sólo la reproducción del mito de Sísifo, de suyo trágico para una porción amplia de los ciudadanos que decidirán, en todo caso, abstenerse que dar su apoyo a un partido que no se respeta a sí mismo, sino que ya está siendo usado como coartada por los defraudadores electorales de la derecha para descalificar, de antemano, cualquier denuncia en este sentido.
Esto es lo más peligroso en la disputa electoral, ya en curso, para renovar la Cámara de Diputados y seis gubernaturas el próximo año: Podrán cometerse cualquier cantidad de actos de defraudación, como ya ocurrió en elecciones posteriores al 2006, y los reclamos no tendrán ningún efecto, igual que ocurrió con los que hizo el PAN tras cada elección que perdió el año pasado.
¿Y el IFE con su nuevo presidente, Leonardo Valdés? Ya se ve: Tratando de quedar bien con todos, sin rumbo, sin autoridad.
Apuntes
El silencio de Calderón sobre el asesinato de cuatro ciudadanos mexicanos en Ecuador a manos de soldados de Colombia no es sólo una insolencia para el dolor de las familias de los jóvenes, sino la claudicación de una responsabilidad institucional de protección a connacionales que son víctimas de abusos, como los indocumentados en Estados Unidos. Calderón, con su apocada conducta, convalida el aserto --de tufo fascista-- de que los jóvenes se merecían las vejaciones y el asesinato por estar junto a un grupo guerrillero. Es la mentalidad militarista, que todo criminaliza, y que se traduce --también-- en uniformar de soldados y dar armas de juguete a los niños, a prepararlos para matar a sus semejantes.
Comentarios: delgado@proceso.com.mx
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