Un avance, junto al continuado desplome*
Tomado de La Jornada, Hernández.
Antonio Gershenson
Hace unos días, primero, el tribunal colegiado respectivo ratificó la legitimidad del registro de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas de Pemex (UNTPP) como sindicato. La Secretaría del Trabajo, a continuación, notificó a la unión el registro y tomó nota del mismo. Es un paso muy importante en una lucha cuyo primer paso, la formación del sindicato, se dio el 18 de marzo de 2008; pero cuyos antecedentes se remontan a movimientos que empezaron hace décadas.
Son muchos los problemas que quedan por resolver. Numerosos despedidos por ingresar a la unión o trabajar en ella. Ahora hay una nueva ola de despidos, que se anuncia llegarán en un plazo relativamente corto a unos 10 mil en Pemex. Éstos, junto con los 40 y tantos mil miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), despedidos de hecho el 10 de octubre pasado, no sólo muestran una forma de represión, sino que contribuyen a la crisis y al desempleo. Cada despedido deja de comprar lo que antes podía. Al igual que los otros despedidos, reduce su consumo al mínimo y contribuye a la reducción del mercado interno.
Por cierto, el registro a la unión es un precedente para el SME. Aunque el problema es diferente, ambos dependen, por lo menos en algunos aspectos, de la misma autoridad, e impulsan la organización independiente y la democracia sindical. Además, el despido es su enemigo común.
En estas páginas se publicaron declaraciones sobre la crisis y el desempleo, del presidente de la Asociación Latinoamericana de Micro, Pequeños y Medianos Empresarios. Menciona que en este año de crisis se cerraron 500 mil pequeñas y medianas empresas. Una parte de las empresas cerradas “se trasladaron al sector informal”, o sea que ya no tienen que pagar impuestos, ni seguro social, ni Infonavit. Dice que estos y otros gastos fijos, como electricidad, teléfono y renta del local, ya no permitieron la subsistencia de estas empresas. Agregamos que después del primero de enero, con aumentos al IVA y otros impuestos, más los nuevos aumentos de precios, el número de empresas en esa situación aumentará.
El costo también, dijo, ha sido la pérdida de un millón y medio de empleos. Y, como dijimos, el desempleado reduce su consumo al mínimo, y esto profundiza más la crisis. Los 50 y tantos mil de Pemex y la “extinguida” Luz y Fuerza del Centro cuentan más que un número similar de los otros desempleados. Esto, porque incluyen en ambos casos a técnicos y profesionistas, cuyo ingreso era mayor que el promedio y cuyo poder de compra, también.
El discurso oficial podrá seguir, como hace un año, diciendo que ahora sí nos estamos recuperando. No les preocupan los millones de desempleados, ni, consecuentemente, las bajas ventas. Incluso ellos causaron directamente, o están causando, el desempleo de más de 50 mil, sólo en el sector energético.
Por si fuera poco lo anterior, suben de precio la gasolina común (la de lujo no subió) y el diesel, necesario no sólo para el transporte terrestre sino para el bombeo agrícola, para los tractores y maquinaria similar, para el comercio marítimo y demás. Por lo mismo, todo esto sube más los precios de los productos para los que estos medios son necesarios, o sea casi todos los bienes y servicios.
Ese aumento de precios, que ya lo estamos viviendo pero que con las medidas mencionadas se va a ir más arriba, es otra medida que favorece a la crisis. El aumento del IVA al 16 por ciento y otras alzas fiscales, también. El dinero alcanza menos. Las ventas disminuyen todavía más.
El primero de enero entran en vigor los aumentos que se acordaron en la Cámara de Diputados, como el del IVA. Eso, más la “cuesta de enero” posterior a los gastos de fin de año, agrava a partir de ese día toda la situación descrita.
gershen@servidor.unam.mx
*Tomado de La Jornada.
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