PAN: Margarita humilla a Patricia*
Tomados de La Jornada, Hernández, El Fisgón y Rocha y El Universal, Helioflores.
Álvaro Delgado
MÉXICO, D.F., 6 de diciembre (apro).- El triunfo de Gustavo Enrique Madero como presidente del Partido Acción Nacional (PAN) es de Felipe Calderón, quien con esta tercera imposición de manera consecutiva se confirma sin margen de duda como el jefe máximo de este organismo y mariscal único de la campaña hacia 2012, pero también lo es de Margarita Zavala Gómez del Campo, su mujer, cada vez más parecida a Marta Sahagún.
En contraparte, la derrota de Roberto Gil Zuarth es también de Patricia Flores Elizondo, la exjefa de la Oficina de la Presidencia que fue vetada no sólo para ser senadora en 2012, idéntica pretensión de Margarita Zavala, sino para integrar el Comité Ejecutivo Nacional que diseñará las reglas para la futura bolsa de trabajo que representan la lista de candidatos a diputados, senadores y presidente de la República.
Ante la embestida de Margarita Zavala, que ejerce los instrumentos del poder presidencial como lo hacía Martha Sahagún --aunque con una simulada discreción--, a Patricia Flores se le escapa, también, la posibilidad de ser embajadora y, si acaso, podrá tener empleo con el empresario Roberto González Barrera.
En el “lío de faldas en el PAN” que aquí se expuso hace dos semanas, en la disputa por el control de ese partido, se materializó la victoria de Margarita Zavala el sábado 4 y el domingo 5, cuando el Consejo Nacional de ese partido optó por Madero como presidente y un CEN totalmente afín a Calderón, en un proceso conducido, de punta a punta, justamente por él y por el secretario de Gobernación, Francisco Blake.
Desde que, a última hora, se inscribió Gil Zuarth, el 24 de octubre, hasta la integración del CEN, el domingo 5, Calderón tuteló los movimientos de los cinco candidatos: Desde que los reunió por primera vez en Los Pinos, el viernes 5, hasta que Blake se desayunó con miembros de respectivos equipos de los cinco, el sábado 4, y aun la declinación de Gil, a quien se le dio un transitorio derecho al pataleo.
A Gil Zuart, a quien sacrificó por razones de poder y aun personales, Calderón le podrá decir, parafraseando a Adolfo Ruiz Cortines: “perdimos, compadre” y podrá ser consolado con un cargo equivalente al sacrificio, como por ejemplo la coordinación de la diputación panista, que prematuramente deberá dejar Josefina Vázquez Mota.
Vale decir que, junto con Gil y Patricia Flores, fue derrotado también el secretario de Educación, Alonso Lujambio, y con Madero y Zavala se fortalece Ernesto Cordero, secretario de Hacienda, a cual más de medianos, lo que explica la línea de Calderón de configurar una candidatura “ciudadana”, como si los miembros de los partidos no tuvieran tal condición.
Pero además de la victoria de Margarita Zavala, quien en ausencia de su marido condujo los trabajos del Consejo Nacional desde el principal sitio del podio instalado en el salón Manuel Gómez Morín, hubo otro triunfador inobjetable: El Yunque.
En efecto, la organización clandestina de ultraderecha conquistó por lo menos 16 de los 40 integrantes del CEN, casi la mitad, cuya secretaría general --la segunda en jerarquía en ese partido-- recaerá en Cecilia Romero, una prominente juramentada que con su candidatura evitó, también, quedar sepultada junto con los cadáveres de los 72 inmigrantes asesinados en Tamaulipas.
La configuración del CEN, que contará con los únicos talentos de Javier Corral y Juan José Rodríguez Prats, sólo ratifica el pacto Calderón-El Yunque que explica la orientación claramente de derecha del gobierno actual, no sólo en su clericalismo, sino en la defensa de privilegios a los grupos económicamente poderosos, cuya simpatía disputa con el priismo de siempre.
Madero tiene esa vocación en Chihuahua: Desenvuelto en el sector privado, fue impulsado en su carrera política por El Yunque de ese estado y muy pronto supo, como muchos otros panistas, vincular la política con los negocios, de la mano de Arturo Chávez Chávez, actual procurador general de la República, un modelo que ejercita desde su despacho de abogado otro de los grandes perdedores del fin de semana: Germán Martínez.
Aunque un consejero nacional que conoce al presidente del PAN que llevó a su partido a la peor derrota de su historia y que fue el jefe de campaña de Gil Zuarth hizo una aclaración precisa: “Nadie pierde lo que nunca tuvo”.
Así es…
Apuntes
En Proceso lo sabemos de cierto: Calderón montó en cólera y armó la trama con Televisa, de la que los muchos panistas se avergüenzan en voz baja, apocados. No vacilamos: Ante el poder, contra el poder, pero no con el poder…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx
*Tomado de la revista Proceso.
MÉXICO, D.F., 6 de diciembre (apro).- El triunfo de Gustavo Enrique Madero como presidente del Partido Acción Nacional (PAN) es de Felipe Calderón, quien con esta tercera imposición de manera consecutiva se confirma sin margen de duda como el jefe máximo de este organismo y mariscal único de la campaña hacia 2012, pero también lo es de Margarita Zavala Gómez del Campo, su mujer, cada vez más parecida a Marta Sahagún.
En contraparte, la derrota de Roberto Gil Zuarth es también de Patricia Flores Elizondo, la exjefa de la Oficina de la Presidencia que fue vetada no sólo para ser senadora en 2012, idéntica pretensión de Margarita Zavala, sino para integrar el Comité Ejecutivo Nacional que diseñará las reglas para la futura bolsa de trabajo que representan la lista de candidatos a diputados, senadores y presidente de la República.
Ante la embestida de Margarita Zavala, que ejerce los instrumentos del poder presidencial como lo hacía Martha Sahagún --aunque con una simulada discreción--, a Patricia Flores se le escapa, también, la posibilidad de ser embajadora y, si acaso, podrá tener empleo con el empresario Roberto González Barrera.
En el “lío de faldas en el PAN” que aquí se expuso hace dos semanas, en la disputa por el control de ese partido, se materializó la victoria de Margarita Zavala el sábado 4 y el domingo 5, cuando el Consejo Nacional de ese partido optó por Madero como presidente y un CEN totalmente afín a Calderón, en un proceso conducido, de punta a punta, justamente por él y por el secretario de Gobernación, Francisco Blake.
Desde que, a última hora, se inscribió Gil Zuarth, el 24 de octubre, hasta la integración del CEN, el domingo 5, Calderón tuteló los movimientos de los cinco candidatos: Desde que los reunió por primera vez en Los Pinos, el viernes 5, hasta que Blake se desayunó con miembros de respectivos equipos de los cinco, el sábado 4, y aun la declinación de Gil, a quien se le dio un transitorio derecho al pataleo.
A Gil Zuart, a quien sacrificó por razones de poder y aun personales, Calderón le podrá decir, parafraseando a Adolfo Ruiz Cortines: “perdimos, compadre” y podrá ser consolado con un cargo equivalente al sacrificio, como por ejemplo la coordinación de la diputación panista, que prematuramente deberá dejar Josefina Vázquez Mota.
Vale decir que, junto con Gil y Patricia Flores, fue derrotado también el secretario de Educación, Alonso Lujambio, y con Madero y Zavala se fortalece Ernesto Cordero, secretario de Hacienda, a cual más de medianos, lo que explica la línea de Calderón de configurar una candidatura “ciudadana”, como si los miembros de los partidos no tuvieran tal condición.
Pero además de la victoria de Margarita Zavala, quien en ausencia de su marido condujo los trabajos del Consejo Nacional desde el principal sitio del podio instalado en el salón Manuel Gómez Morín, hubo otro triunfador inobjetable: El Yunque.
En efecto, la organización clandestina de ultraderecha conquistó por lo menos 16 de los 40 integrantes del CEN, casi la mitad, cuya secretaría general --la segunda en jerarquía en ese partido-- recaerá en Cecilia Romero, una prominente juramentada que con su candidatura evitó, también, quedar sepultada junto con los cadáveres de los 72 inmigrantes asesinados en Tamaulipas.
La configuración del CEN, que contará con los únicos talentos de Javier Corral y Juan José Rodríguez Prats, sólo ratifica el pacto Calderón-El Yunque que explica la orientación claramente de derecha del gobierno actual, no sólo en su clericalismo, sino en la defensa de privilegios a los grupos económicamente poderosos, cuya simpatía disputa con el priismo de siempre.
Madero tiene esa vocación en Chihuahua: Desenvuelto en el sector privado, fue impulsado en su carrera política por El Yunque de ese estado y muy pronto supo, como muchos otros panistas, vincular la política con los negocios, de la mano de Arturo Chávez Chávez, actual procurador general de la República, un modelo que ejercita desde su despacho de abogado otro de los grandes perdedores del fin de semana: Germán Martínez.
Aunque un consejero nacional que conoce al presidente del PAN que llevó a su partido a la peor derrota de su historia y que fue el jefe de campaña de Gil Zuarth hizo una aclaración precisa: “Nadie pierde lo que nunca tuvo”.
Así es…
Apuntes
En Proceso lo sabemos de cierto: Calderón montó en cólera y armó la trama con Televisa, de la que los muchos panistas se avergüenzan en voz baja, apocados. No vacilamos: Ante el poder, contra el poder, pero no con el poder…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx
*Tomado de la revista Proceso.
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