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miércoles, agosto 02, 2006

Análisis sobre el conteo voto x voto



Cartón tomado de La Jornada 2 de agosto de 2006, México D.F., realizado por Hernández ( http://www.monerohernandez.com) y artículo de la Revista Proceso 1552.


Elecciones inútiles

Silvia Gómez Tagle *

En el futuro habrá muchos asuntos que deberán ser revisados en lo concerniente al pasado proceso electoral. Sin embargo, por ahora la discusión es si Felipe Calderón se puede proclamar presidente o si la definición del resultado deberá esperar un segundo conteo de todos los votos.
Con una diferencia de medio por ciento entre el "ganador" y el segundo candidato, eso depende de dos cosas: de la "legitimidad" del proceso y de un cómputo muy exacto de los votos.Hay muchas razones para cuestionar la legitimidad de los comicios del 2 de julio, pero no me voy a ocupar de ello en este texto. Solamente me ocuparé de la exactitud con que se han contado los votos, y lo haré después de un análisis del comportamiento electoral casilla por casilla, cosa que por lo visto en el IFE no se ha hecho, puesto que el presidente de su Consejo General insistió varias veces en que se habían instalado 130 mil 477 casillas y que esos mismos paquetes habían sido recibidos y contados, cuando en realidad sus propios datos arrojan otras cifras: en total, en la elección presidencial, con las 300 casillas inconsistentes, hay 130 mil 788 registros, mientras que para senadores y diputados hay 131 mil 310 registros de casillas. No preguntamos si el consejero presidente del IFE está mal informado o trata de ocultar información. En cualquier caso, se acrecienta la incertidumbre sobre el cómputo distrital.
Casillas faltantes
Los tres tipos de casillas debieron haberse instalado en el mismo lugar y los paquetes tuvieron que haber sido entregados a los mismos funcionarios electorales. Sin embargo, esto no ocurrió en muchos casos.
Hay una gran congruencia entre los datos de las elecciones de diputados y senadores, y la de presidente. Inclusive en las tres coinciden exactamente los 11 paquetes que no fueron entregados, dos del Estado de México y nueve de Oaxaca. Los datos del listado nominal coinciden al 100%, no hay un solo error en los 131 mil 610 registros analizados (los datos provienen de los cómputos distritales publicados en la página del IFE y coinciden con los datos agregados proporcionados por la consejera Teresa González Luna).
En general, los datos que presentó el IFE son congruentes. La mayor parte de las casillas presentan resultados que corresponden con lo que se podría llamar la "normalidad estadística", pero las irregularidades o inconsistencias pueden ser significativas dado el escaso margen de diferencia entre los votos obtenidos por Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador, por lo que se cierne una duda razonable sobre quién es realmente el ganador.
En primer lugar, en la elección de presidente faltan 822 casillas especiales, exactamente la mitad de las que se instalaron para diputados y senadores: mil 644. ¿Por qué hay menos casillas en la elección de presidente, cuando se podría esperar una votación más copiosa, dado el interés que despierta esta elección, pero sobre todo al hecho de que los ciudadanos pueden votar por presidente en todo el país, sin importar si están fuera de la sección que les corresponde? Las casillas que faltan en la elección para presidente están repartidas en toda la República, y a pesar de ser solamente 822, los votos de esas casillas para diputados y senadores fueron de alrededor de 271 mil 890 en total, por lo que se puede afirmar que esos votos se perdieron en la elección para presidente.
Las otras 300 casillas "inconsistentes" cuyos resultados entregó el IFE el 4 de julio son casillas básicas; muchas tienen datos del listado nominal. El problema es que no tienen el dato de la sección electoral, por lo que es muy difícil ubicarlas, pero se puede afirmar que no corresponden a las 822 casillas especiales que faltan. De las 300, hay 284 casillas "inconsistentes" que tienen 31 mil 833 votos en total.
Una peculiaridad de estas 300 casillas es que corresponden cada una a uno de los 300 distritos electorales federales para la elección de diputados. Si se trató de casillas en donde hubo errores accidentales, ¿por qué están distribuidas exactamente una por cada distrito?
Participación excedida
Otro aspecto que vale la pena explorar es la relación entre ciudadanos que aparecen en el listado nominal y el total de votos (o sea la participación electoral). Investigaciones anteriores me permiten afirmar que el porcentaje del padrón respecto de la población en edad de votar rebasa el 100% desde el año 2000, sin que esto necesariamente signifique un fraude. Lo que ha venido ocurriendo es que la población ha encontrado en la credencial para votar un documento muy útil como identificación oficial, por lo que mucha gente acude a inscribirse al Registro Federal de Electores, mientras que éste no dispone de mecanismos eficaces para depurar el padrón (esto se debe a las limitaciones que la propia ley impone y al funcionamiento de otras instancias como el Registro Civil, así como a factores sociales que escapan a todo control institucional, como la emigración de millones de mexicanos).
Pero el resultado es que el listado nominal de muchas secciones (es imposible saber cuáles) rebasa a la población que vive en ese lugar, lo que genera consecuencias negativas para las elecciones. Por un lado, da la impresión de una muy baja participación electoral, y por el otro, facilita que la votación sea alterada por fraude al permitir agregar votos falsos en una casilla, sin que sea fácil detectar el problema.
Analicé cuántas casillas tuvieron una votación más alta de lo normal (Cuadro 2). No se tomó en cuenta en este análisis a las mil 644 casillas especiales instaladas para las elecciones de diputados y senadores, y a las 822 instaladas para presidente, porque en las casillas especiales no hay listado nominal.La mayoría de casillas tuvo una participación que varía entre 45% y 85% de los votos. Pero hay 260 que tienen una participación mayor a 85%, por lo que hay dudas respecto de la autenticidad de la votación, sobre todo con el antecedente de un listado nominal que supera a la población real en edad de votar. En estas casillas de muy alta participación en la elección de presidente se emitieron 82 mil 934.
Pero hay, además, 122 casillas que son ilegales porque rebasan 100% de los electores registrados en el listado nominal, las cuales representan 61 mil 128 que deberían ser anulados. (Recordemos que el dato del listado nominal debe ser correcto porque está confirmado mediante la comparación entre diputados, senadores y presidente; sin embargo, la participación por casilla varía en cada caso.) También llaman la atención 224 casillas con menos de 20% de participación.
Coleccionistas de votos
Los votos totales son resultado de la suma de los votos de los partidos, de los candidatos no registrados (que también se anulan) y de los votos anulados. Si un ciudadano acude a votar recibe tres papeletas, una para cada elección. Cuando un ciudadano no quiere votar en una de esas elecciones, lo normal es que anula su voto, pero es muy extraño que se lleve la boleta a su casa. Eso es contrario a la norma electoral que indica que no se deben sacar las boletas de las casillas. Por eso es de esperar que el número de votos totales sea el mismo en todas las elecciones, o cuando menos existan errores mínimos en el conteo.
Una gran diferencia en votos totales en una misma casilla en la elección para diputados, senadores y presidente despierta sospechas de un manejo irregular de la votación. La votación nacional para presidente, diputados y senadores da la impresión de un equilibrio casi perfecto entre los votos que aparecieron en las urnas el 2 de julio, pero eso se debe a que en algunos casos las diferencias son positivas y en otros casos son negativas. Por ejemplo, en la comparación entre la votación para senadores y para presidente, la diferencia a favor de esta última parece insignificante: sólo 48 mil 798 votos. Pero cuando se hace un análisis casilla por casilla las diferencias son importantes y no existe una explicación lógica para ello. Las casillas especiales fueron excluidas porque ahí sí se justifica la diferencia en votos.
La comparación entre los votos totales de presidente y senadores se ordenó en grupos, de menos votos a más votos de más en la presidencial En la mayor parte de las casillas, la diferencia entre la elección de senadores y la de presidente fue de cero, con más de 21 millones y medio de votos.
Pero al separar las casillas con más votos para presidente de las casillas con menos votos, se encuentra una conducta muy extraña porque habría 353 mil 651 electores que votaron para presidente o para senador y se llevaron a su casa la otra boleta. Este hecho peculiar e ilegal requiere de una explicación, porque se puede tratar de "electores coleccionistas de votos", o bien, lo más probable, de alteraciones en los resultados electorales, a primera vista insignificantes pero que tienen peso en una elección tan competida como la presidencial del 2 de julio pasado.
* Investigadora de El Colegio de México.